Ya lo revela acertadamente Marián Rojas: cuando tenemos nuestro sistema de activación reticular en modo “on” se producen hallazgos felices. Y yo hoy necesitaba justamente encontrar a Paco Peñarrubia y el “Blog padre”.
El fallecimiento de Claudio Naranjo me ha conmovido hasta el punto de hacerme muchas preguntas. La despedida de Punset hace dos meses ya fué amarga. Ahora nos deja Claudio. Siento una enorme pena que solo se consuela al pensar que aún contamos en esta vida con Ramiro Calle. No creo que sea tan solo mi 4 paladeando el abismo, porque odio sentir esta tristeza, además no es lo que querría el maestro Naranjo. Quiero dejarla pasar como pasan las tormentas del verano, pero está persistiendo… Qué afán es éste entonces de figuras paternales idealizadas?
Sí, es retórica la pregunta. Pero toda la información que me está aportando “el blog padre” responde magistralmente a muchas incógnitas relacionadas, me aporta contextualización, marco, pre-consideraciones, feed-backs, otras miradas, la valiosa aportación de otros autores. Y compañía: somos una legión de hambrientos de padre por distintos motivos.
Qué relevante esta pieza del engranaje; su ausencia, presencia, cantidad, calidad, fondo y forma moldean nuestra psique, sirve de principal cimiento de nuestras futuras interacciones, ergo de nuestra felicidad, ergo de nuestra apreciación de la vida. Vale la pena analizarlo. “A secas” (histórica, socialmente, ficticia y personalmente… terapéuticamente) y bajo el prisma eneagramático también, que esa llave puede abrir ventanales donde siempre vimos muros de piedra.

Tampoco bailó conmigo

Tremenda estampa 😂… papi Fritz